Nos gustan los retos...
Conozco a Grisel desde hace muchos años (aunque viéndola a ella nadie lo diría), estudiamos en el mismo colegio pero como yo estaba en algún curso superior la verdad es que no llegamos a coincidir de niños. Aún así parece que el destino nos guardaba alguna sorpresa y tan caprichoso quisó que realmente nos conocieramos más adelante cuando algún amigo común le habló de un fotógrafo un tanto bohemio para el día de su boda. ¿Quién nos podía decir en aquel entoces la de momentos fotográficos y de amistad que compartiríamos años más tarde?
Grisel y su encantadora familia son los clientes que cualquier fotógrafo (y me arriesgo a decir, cualquier profesional) quisiera tener. No porque no sea exigente que sí lo es, sino porque siempre tiene muy claro lo que necesita y sabe trasmitirlo con claridad a los profesionales. Y a nosotros nos encanta que nos deje ser sus "profesionales de confianza".
Después del reportaje de su boda, llegaron los niños... primero Claudia, luego Alberto y por último Álvaro. Todos ellos pasaron de pequeños en diversas ocasiones por Artefoto, inmortalizamos también la Pimera Comunión de cada uno de ellos; incluso en la Comunión del más pequeño nos arrastraron con ellos hasta Asturias, fuimos testigos una vez más de momentos muy importantes y emotivos.
El último proyecto en el que nos ha "liado" el cual es motivo de estas líneas ha sido todo un reto (pues aunque no era el primer mural fotográfico de gran formato que habíamos hecho), la obra que ella nos encargaba tenía bastantes complejidades, no solo por su tamaño (más de 16m2) sino por el tamaño del archivo que esto iba a generar en photosop, así como por la cantidad de fotos que teníamos que localizar, escanear, retocar y luego componer en gran escala.
El único problema es que tenemos esa dichosa manía de no decir nunca que no podemos, que no sabemos... Que manía más tonta... nos encantan los retos, y más aún que nos gusta ver las sonrisas y caras de satisfacción de nuestros clientes al ver cumplido un sueño. Y en este caso, el sueño de mi querida amiga era tener la subida de su escalera con un mural que reflejara la historia de su vida. Una vida de imágenes, en las que nos sentimos muy orgullosos de formar parte de ella aunque sea detrás de la cámara.
¡¡Gracias Grisel, Jose Carlos y a toda la familia Guerra Liger por confiar siempre en nosotros, os queremos!!
Eduardo Grund
Agradecimientos: También cabe agradecer al resto de las personas "culpables" de que esto haya sido posible: por supuesto a la inagotable en enrevesadas ideas decoradora Gertru Luna, mi incondicional, insustituible y querida mano derecha Tania Rubio, los tres pacientes prácticos que este año han pasado por Artefoto, Fernando, Conchi y Blanca. Mi gran amigo y pedazo de profesional del diseño gráfico Jose Manuel Mercado, otro buen amigo que también primero fue cliente y ahora es un gran amigo tras haber confiado en nosotros primero las fotos de su boda, y despúes para tantas y tantas otras cosas. A Carlos González, que me ayudó a sacar las medidas de forma milimétrica, pues la pared tenía perejiles con una forma trapezoide que no había por donde cogerla. Y por último el impresor del mural, otro buen amigo y profesional Juani Sastre que dicho sea de paso también en su día tuve el gusto de fotografiarle en el altar. Gracias a todos, pues de todos hay un cachito en esa pared.